Al llegar frente a la casa las dejé en el suelo. Después le arrebaté las maletas a Rael e hize que las maletas se metieran volando suavemente en la casa. Le puse bien el vestido, que se había arrugado,la trataba como si fuese una muñeca, como no se quejaba, seguía tratándola así, aunque me hubiese dado igual que se quejase. Cuando consideré que estaba lista la puse, como si fuese una pieza de ajedrez delante de las recién llegadas. Le dejé casi todo a ella, yo apenas dije unas palabras:
-Hola, soy Chrome, Nix Chrome. Si tenéis alguna duda o problema podéis consultarme, si el problema es sobre mí o sobre mi personalidad- les dediqué mi mirada más mortífera y enseñé los afilados dientes sin quitar de mi cara la expresión de enfado con la que me había levantado- he de comunicaros que no soy una persona abierta a sugerencias.
Hice un gesto a Rael para que dijese lo que tuviese que decir.